A través de dos procesos como son la percepción y la expresión, podemos decir que el niño puede dar una visión acerca de lo que siente respecto al hecho artístico. Si partimos de una obra de arte o una obra musical podemos llegar a generar en él diferentes sentimientos que tendrán que ser traducidos para realmente saber lo que quiere expresar y poder así comparar entre ellos los posibles resultados surgidos.
Ahora nos surge la siguiente pregunta ¿cómo podemos trabajar la plástica y la música? Curricularmente tenemos el área de Educación Artística que ya unifica esas materias, pero lo interesante sería trabajar esas dos materias de manera global y no individual. De esa manera podríamos hablar de enriquecimiento, planteando actividades que trabajen las dos materias y viendo realmente esa expresión interior del niño.